Todos los niños alguna vez quisimos ser astronautas, entre otras cosas, porque sería súper “cool” ir a la luna en una nave espacial, porque el traje que se ponen luce impactante y sobre todo, para presumirle a tus amigos que has flotado en el espacio exterior. Ah, qué bonito.
Pero los astronautas son seres humanos, no tienen los superpoderes que les conferimos en nuestras fantasías infantiles y, claro, tienen una vida.
Esta serie de fotografías de Hunter Freeman exploran precisamente eso, la cotidianidad de la vida de un astronauta con el traje bien puesto sobre la tierra. Realmente me han encantado las imágenes, disfrútenlas también.
fuentes http://www.nerdgasmo.com/
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